jueves, 24 de noviembre de 2011

ABSOLUTAMENTE BLANCO

Cuando era niña todas las casas eran blancas, nadie se planteaba pintarlas de otro color.  De adolescente, las paredes se vistieron de colores pastel.  Cuando compré mi propia casa, la pinté de colores fuertes y atrevidos. Y ahora,  vuelvo al blanco absoluto en paredes, techos, suelos y muebles. El blanco agranda visualmente el espacio y aporta frescor y calma. Su simplicidad enamora. Es el color de  la pureza, la inocencia y la castidad, de los vestidos de novia, de los ángeles  y de la paz.














1 comentario:

Anónimo dijo...

la verdad es que sí. pero es como todo. cuando era pequeña las paredes eran lisas y todavía recuerdo como una modernidad cuando nos cambiamos de piso y las paredes eran estucadas (por fortuna no eran esos bolos gordos). ahora, todo el mundo las alisa. al final, son modas pero es cierto que el blanco es el blanco