Esta tarde, cuando llegué a casa, miré el buzón porque estaba esperando algo muy especial y... oh, Dios mío, allí estaba: el primer número de Kireei magazine, la revista de las cosas bellas. Ansiosa, rompí el envoltorio y la ojeé deprisa, después de darle un achuchón a Teo, sabiendo que, hasta la noche, no podría leerla con tranquilidad. Ahora, después de un largo y cansado viernes, ya sentada en mi sofá, por fin me dispongo a disfrutar de esta publicación, que, más que una revista, a mí me parece un precioso libro lleno de inspiración. Ya os contaré ...
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